Democracia de pacotilla, vergüenza ajena.

En primer lugar, permítanme que les presente al protagonista de este artículo ya que doy por supuesto que muchos de ustedes no le conocerán. Él es Pau Rivadulla Duró, más conocido como Pablo Hasél, un joven rapero de 26 años de origen catalán con una ideología comunista. Su género musical, como bien he comentado anteriormente, es el rap político.

Pues bien, en octubre del 2011 lo detienen en plena calle, lo llevan a su vivienda, hacen un registro con él presente, le comunican que están buscando cierto material y le piden que facilite la búsqueda. Se llevan todo tipo de cosas: maquetas, letras de sus canciones e incluso libros comunistas. Luego lo trasladan a Madrid donde es interrogado y al día siguiente pasa a disposición judicial. Lo dejan en libertad con cargos, con lo cual debe de firmar cada dos semanas, no puede salir del Estado y deberá de esperar al juicio. En el tiempo que espera dicho juicio sufre acosos policiales como registros o una acusación al ataque de la sede del PP del cual no tienen pruebas. Llega la fecha del juicio que se la comunican con tan solo un mes de antelación sin casi ningún tiempo para poder preparar una campaña a fondo para denunciar el atropello a la libertad de expresión. El Tribunal Supremo de Madrid confirmaba la sentencia de dos años de prisión para él por enaltecimiento del terrorismo.

No solamente tenemos el caso de Pablo, también detuvieron y dejaron en libertad al rapero mallorquín Valtonyc por opinar sobre la monarquía, un portavoz del PP llamó pro-etarras a Los Chikos del Maíz causando así que muchas personas les amenazaran a muerte y me podría pasar toda la vida poniendo ejemplos.

Defensa de la libertad de expresión se llama eso que fue a hacer nuestro querido presidente del Gobierno en Francia cuando sucedió el atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo. La libertad de expresión que claro, en su país sí que existe porque no se encierra a nadie por opinar, para nada. Y siempre que se quiera tomar una decisión se le comunica al pueblo y se convoca un referéndum, esto pasó cuando "nuestro majestad" Juan Carlos abdicó. Si alguien piensa que sí que existe la libertad de expresión en España, creo y solamente creo que debería de repasarse un poco el significado de estas dos palabras. Miento, sí que existe pero solamente la burguesía y los grupos de la extrema derecha pueden gozar de ella. Pero es que es siempre el mismo panorama, la misma gente perseguida, la misma vergüenza. No van a ir a por esos que odian, persiguen y matan a inmigrantes solo por ser eso, inmigrantes, tampoco a por los que dicen "fusilados los rojos" ni a por los que roban millones. Que va, esos son amigos, esos nos interesan, nos ayudan. Pero sí que van a por el que dice: "no me da pena tu tiro en la nuca, pepero, me da pena el que muere en una patera. No me da pena tu tiro en la nuca, socialisto, me da pena el que muere en un andamio"

¿Y los medios de manipulación? O hacen oídos sordos y no abren la boca o defienden la argumentación de la autoridad. Como mi gran amigo Eduardo Inda que se dedica a criticar a políticos por tener una foto con Hasél. El periodismo que debería de ser la voz de los sin voz se ha convertido en la voz y la arma de adulteración de los burgueses.

Democracia, una democracia en la cual el nazi no es criminal, en la que llevar la bandera de la república es igual que llevar una esvástica y encima te la pueden confiscar, en la que ser antifascista es sinónimo a ser extremista, igual que el nazi, una democracia en la que eres un terrorista por decir verdades que piensa la mayoría e intentas quitarle la venda de los ojos a muchos. Y yo me pregunto: ¿hasta cuándo van a dedicarse a encarcelar a raperos, a bloggeros y a tuiteros?, ¿cuándo se van a cansar de maquillar o intentar maquillar la sociedad?, ¿cuándo van a hacerle caso a la mayoría?. Y es que ya lo dijo el propio Hasél en una de sus canciones, solo quieren que pensemos en coches y cubatas. Quieren enseñarnos o demostrarnos que si estamos en contra de su sociedad capitalista, materialista, nos puede pasar lo mismo que en este caso a Hasél, pero no nos van a hacer callar, que nos cosan a tiros antes que la boca. 

¡Absolución para Pablo!