¡Qué hay! Después de un pequeño periodo de dejar esto un poco abandonado a causa de los exámenes finales, la selectividad... ¡Vuelvo! y esta vez con muchas más ganas que nunca antes.
Hoy no os traigo algo escrito por mí sino por la gran Alexandra Kollontai que como supongo que ya sabréis fue una feminista socialista rusa que fue además la primera mujer que formó parte de un gobierno. Destaca también por la actividad que tuvo en la revolución rusa y por su defensa por la igualdad entre hombres y mujeres, la verdad es que una gran referente para todo/a feminista de clase.
Así que hoy os dejo lo que escribió sobre el día de la mujer, en este escrito describe bastante bien el cambio que ha tenido el papel de la mujer y su trayectoria en cuanto a lucha se refiere, también como evolucionó el pensamiento de los hombres de la época y teniendo un poco de lógica podemos ver como hemos evolucionado gracias a feministas como Kollontai y que este escrito es una razón más para seguir luchando, que nos dé fuerzas para acabar con la sociedad patriarcal en la que vivimos, que todo se puede lograr como se logró que la mujer fuese reconocida en la lucha obrera que en un principio era una lucha liderada solamente por hombres, como bien cuenta Kollontai. Expone también algunas de las claras diferencias entre las feministas burguesas y las de clase. Estas son algunas de las ideas que nos deja con el escrito, a continuación os lo facilito para que lo analicéis más a fondo que vale la pena.
El texto está extraído de la biblioteca que ´los CJC (juventudes del PCPE) tienen en su página web y que está pensada para que cada individuo se pueda seguir avanzando en su formación política.
"¿Qué es el día de la mujer? ¿Es realmente necesario? ¿No es una concesión a las mujeres
de clase burguesa, a las feministas y sufragistas? ¿No es dañino para la unidad del movimiento
obrero? Esas cuestiones todavía se oyen en Rusia, aunque ya no en el extranjero. La vida
misma le ha dado una respuesta clara y elocuente a estas preguntas.
El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento
obrero. El ejército organizado de mujeres trabajadoras crece cada día. Hace veinte años las
organizaciones obreras sólo tenías grupos dispersos de mujeres en las bases de los partidos
obreros… Ahora los sindicatos ingleses tienen más de 292.000 mujeres sindicadas; en
Alemania son alrededor de 200.000 sindicadas y 150.000 en el partido obrero, en Austria hay
47.000 en los sindicatos y 20.000 en el partido. En todas partes, en Italia, Hungría, Dinamarca,
Suecia, Noruega y Suiza, las mujeres de la clase obrera se están organizando a sí mismas. El
ejército de mujeres socialistas tiene casi un millón de miembros. ¡Una fuerza poderosa! Una
fuerza con la que los poderes del mundo deben contar cuando se pone sobre la mesa el tema
del coste de la vida, el seguro de maternidad, el trabajo infantil o la legislación para proteger a
las trabajadoras.
Hubo un tiempo en el que los hombres trabajadores pensaron que deberían cargar ellos
solos sobre sus hombros el peso de la lucha contra el capital, pensaron que ellos solos debían
enfrentarse al «viejo mundo» sin el apoyo de sus compañeras. Sin embargo, como las mujeres
de clase trabajadora entraron en las filas de aquellos que vendían su trabajo a cambio de un
salario, forzadas a entrar en el mercado laboral por necesidad, porque su marido o padre
estaba en el paro, los trabajadores empezaron a darse cuenta de que dejar atrás a las mujeres
entre las filas de «no-conscientes» era dañar su causa y evitar que avanzara. ¿Qué nivel de
conciencia posee una mujer que se sienta en el fogón, que no tiene derechos en la sociedad, en
el estado o en la familia? ¡Ella no tiene ideas propias! Todo se hace según ordena su padre o
marido…
El retraso y falta de derechos sufridos por las mujeres, su dependencia e indiferencia no
son beneficiosos para la clase trabajadora, y de hecho son un daño directo hacia la lucha
obrera. ¿Pero cómo entrará la mujer en esa lucha, como se la despertará?
La socialdemocracia extranjera no encontró la solución correcta inmediatamente. Las
organizaciones obreras estaban abiertas a las mujeres, pero sólo unas pocas entraban. ¿Por
qué? Porque la clase trabajadora al principio no se percató de que la mujer trabajadora es el
miembro más degradado, tanto legal como socialmente, de la clase obrera, de que ella ha sido
golpeada, intimidada, acosada a lo largo de los siglos, y de que para estimular su mente y su
corazón se necesita una aproximación especial, palabras que ella, como mujer, entienda. Los
trabajadores no se dieron cuenta inmediatamente de que en este mundo de falta de derechos
y de explotación, la mujer está oprimida no sólo como trabajadora, si no también como madre,
mujer. Sin embargo, cuando los miembros del partido socialista obrero entendieron esto,
hicieron suya la lucha por la defensa de las trabajadoras como asalariadas, como madres,
como mujeres.
Los socialistas en cada país comienzan a demandar una protección especial para el
trabajo de las mujeres, seguros para las madres y sus hijos, derechos políticos para las
mujeres y la defensa de sus intereses.
Cuanto más claramente el partido obrero percibía esta dicotomía mujer/trabajadora, más
ansiosamente las mujeres se unían al partido, más apreciaban el rol del partido como su
verdadero defensor y más decididamente sentían que la clase trabajadora también luchaba
por sus necesidades. Las mujeres trabajadoras, organizadas y conscientes, han hecho
muchísimo para elucidar este objetivo. Ahora el peso del trabajo para atraer a las trabajadoras
al movimiento socialista reside en las mismas trabajadoras. Los partidos en cada país tienen
sus comités de mujeres, con sus secretariados y burós para la mujer. Estos comités de mujeres
trabajan en la todavía gran población de mujeres no conscientes, levantando la conciencia de
las trabajadoras a su alrededor. También examinan las demandas y cuestiones que afectan
más directamente a la mujer: protección y provisión para las madres embarazadas o con hijos,
legislación del trabajo femenino, campaña contra la prostitución y el trabajo infantil, la
demanda de derechos políticos para las mujeres, la campaña contra la subida del coste de la
vida…
Así, como miembros del partido, las mujeres trabajadoras luchan por la causa común de la
clase, mientras al mismo tiempo delinean y ponen en cuestión aquellas necesidades y sus
demandas que les afectan más directamente como mujeres, amas de casa y madres. El partido
apoya esas demandas y lucha por ellas… Estas necesidades de las mujeres trabajadoras son
parte de la causa de los trabajadores como clase.
En el día de la mujer las mujeres organizadas se manifiestan contra su falta de derechos.
Pero algunos dicen ¿por qué está separación de las luchas de las mujeres? ¿Por qué hay un día
de la Mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines? ¿No es, en fin, una
concesión a las feministas y sufragistas burguesas? Sólo aquellos que no comprendan la
diferencia radical entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufragistas burguesas
pueden pensar de esa manera.
¿Cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo
poder, los mismos derechos en la sociedad capitalista que poseen ahora sus maridos, padres y
hermanos. ¿Cuál es el objetivo de las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que
deriven del nacimiento o de la riqueza. A la mujer obrera le es indiferente si su patrón es
hombre o mujer.
Las feministas burguesas demandan la igualdad de derechos siempre y en cualquier lugar.
Las mujeres trabajadoras responden: demandamos derechos para todos los ciudadanos,
hombres y mujeres, pero nosotras no sólo somos mujeres y trabajadoras, también somos
madres. Y como madres, como mujeres que tendremos hijos en el futuro, demandamos un
cuidado especial del gobierno, protección especial del estado y de la sociedad.
Las feministas burguesas están luchando para conseguir derechos políticos: también aquí
nuestros caminos se separan: para las mujeres burguesas, los derechos políticos son
simplemente un medio para conseguir sus objetivos más cómodamente y más seguramente en
este mundo basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras, los
derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que lleva al deseado reino del
trabajo.
Los caminos seguidos por las mujeres trabajadoras y las sufragistas burguesas se han
separado hace tiempo. Hay una gran diferencia entre sus objetivos. Hay también una gran
contradicción entre los intereses de una mujer obrera y las damas propietarias, entre la
sirvienta y su señora… Así pues, los trabajadores no deberían temer que haya un día separado
y señalado como el Día de la Mujer, ni que haya conferencias especiales y panfletos o prensa
especial para las mujeres.
Cada distinción especial hacia las mujeres en el trabajo de una organización obrera es una
forma de elevar la conciencia de las trabajadoras y acercarlas a las filas de aquellos que están
luchando por un futuro mejor. El Día de la Mujer y el lento, meticuloso trabajo llevado para
elevar la auto-conciencia de la mujer trabajadora están sirviendo a la causa, no de la división,
sino de la unión de la clase trabajadora.
Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase trabajadora y de
luchar simultáneamente por la emancipación femenina inspire a las trabajadoras a unirse a la
celebración del Día de la Mujer."
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